El papel del aluminio reciclado en la reducción de las emisiones de carbono: Porqué es tan importante y como conseguirlo
El reciclaje puede - y debe – contribuir de forma importante al alcance de un mundo de bajas emisiones. Para Hydro, el reciclaje de la chatarra post-consumo con operaciones descarbonizadas es una de las principales vías para liderar el suministro de aluminio con una huella de CO2 cero en la producción a escala industrial para 2030.
"La reducción de las emisiones de carbono ha pasado de ser una cuestión de activismo a convertirse en un tema prioritario para los políticos, los reguladores, los inversores, los consumidores y la sociedad en su conjunto", afirma Trond Olaf Christophersen, responsable de reciclaje de Hydro Aluminium Metal.
"En consecuencia, todas las industrias deben trabajar para lograr mejoras radicales en las emisiones de carbono para seguir siendo parte de la solución. En Hydro, el reciclaje de aluminio es una parte clave de esas mejoras radicales".
¿Por qué el aluminio es tan importante para la economía circular?
Desde que apareció en escena en 1825, alrededor de mil millones de toneladas de aluminio se han incorporado a una multitud de productos en nuestras vidas y, sorprendentemente, alrededor del 75% sigue utilizándose en la actualidad. ¿Por qué?
"Hay pocos metales que sean más resistentes, más duraderos y más útiles que el aluminio. Se puede mecanizar, moldear, es el segundo en conductividad después del cobre, conduce bien el calor, no produce chispas, resiste la corrosión y el óxido y no es magnético", explica Christophersen.
Además, puede reciclarse - una y otra vez sin perder sus propiedades-, lo que convierte al aluminio en un metal ideal para la economía circular y de bajas emisiones de carbono.
El reciclaje del aluminio requiere sólo el 5% de la energía utilizada para la producción de aluminio primario, lo que permite ahorrar energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
"Mientras que algunos materiales emiten poco CO2 en el proceso de producción, pero pueden no ser reciclables, el aluminio consume mucha energía, pero puede reciclarse infinitas veces. Por lo tanto, el material ideal es una combinación en la que se produce un material infinitamente reciclable con bajas emisiones", afirma Christophersen.
Por este motivo, la producción de aluminio con bajas emisiones de carbono, utilizando energías renovables en lugar de energías fósiles, es también importante junto con el reciclaje del aluminio ya utilizado.
El aluminio también es un material clave en muchos de los planes de transición ecológica de otros sectores, y desempeña un papel importante en industrias como el sector del automóvil y dentro de las energías renovables. A medida que sectores como el de la fabricación de automóviles y el de la construcción se proponen reducir sus emisiones, el aluminio debe contribuir a satisfacer esta demanda de forma responsable.
Desfíos a los que se enfrenta el reciclaje de aluminio en la actualidad
Hoy en día, sólo el 12% de los materiales utilizados en Europa proceden del reciclaje. En teoría, la mayoría de las cosas pueden reciclarse, pero en la práctica no es así. Para asegurar que los materiales permanecen en el ciclo tras el final de la vida útil de un producto, los diseñadores y desarrolladores de productos necesitan competencias en materia de materiales para comprender el antes y el después, de modo que los nuevos productos puedan mantener su grado de calidad de aplicabilidad.
El reciclaje de una tonelada de aluminio ahorra 6 toneladas de bauxita y 9 toneladas de emisiones de CO2. A nivel mundial, el reciclaje de aluminio ahorra más de 100 millones de toneladas de CO2 cada año.
Aunque el reciclaje del aluminio ofrece un enorme potencial para reducir las emisiones de carbono, la recogida de la chatarra no siempre es fácil o posible, y el propio proceso de reciclaje no es perfecto. Aunque un alto porcentaje del aluminio ya se reutiliza o se recicla, aún queda trabajo por hacer para recoger materiales fuera de los programas de recogida estandarizados.
"Un ejemplo es el aluminio que ha acabado en los vertederos como parte de los residuos mixtos. Otro es el aluminio procedente de nuevas aplicaciones y nuevos productos innovadores en los que aún no se han implantado programas de recogida industrializados ni métodos de reciclaje", afirma Trond Olaf Christophersen.
- Cuando el aluminio reciclado se fabrica a partir de ventanas o piezas de automóvil usadas, el material comienza otra vida. El aluminio previamente utilizado se denomina chatarra "post-consumo”, y su huella de carbono es casi nula.
- El aluminio reciclado procedente de la chatarra de producción o "pre-consumo" es diferente. Todavía no ha completado su vida útil y por tanto, debe conservar la huella de carbono de su proceso de producción original. Si no lo hace, las emisiones de la producción del material no se contabilizan. Esto significa que, para acelerar la reducción de las emisiones, hay que aumentar el uso de la chatarra post-consumo.
Importa dónde y cómo se produce el aluminio.
Un reto clave en el proceso de reciclaje de la chatarra post-consumo es la eliminación de los elementos no deseados en el flujo de chatarra, como la pintura, el lacado, el aceite, los plásticos, el hierro, los minerales y los compuestos orgánicos. Es necesario eliminarlos del metal para mejorar el aprovechamiento de la chatarra y, en última instancia, el potencial de reciclaje del aluminio. Se trata de un proceso muy técnico que depende del origen de la chatarra, su composición química, su uso anterior y sus propiedades físicas.
Se están investigando y desarrollando continuamente nuevas tecnologías para ayudar a compensar y resolver estos problemas. Además, importantes planes, políticas y directivas influirán en la forma de producir, comercializar y consumir en el futuro.
